viernes, 1 de febrero de 2013

Into the Wilds

Es viernes en la tarde, esta gris, un poco triste; algo que un amigo no arregle. Ya ha pasado una semana de estudio, simple a decir verdad, pero agotadora. Espero cojer el ritmo con el tiempo. 

Son las seis y dos minutos y lo que escribí arriba se cumplió muy bien. Esta entrada la pensaba escribir con el fin de entretenerme, distraerme de la falta de una buena charla. Espero se pueda salir, Sara. 

Bueno, debido a lo de arriba he perdido motivación, al menos la que tenía para lo que tenía planeado, por esot debo encontrar algo nuevo de qué hablar. NO quiero hablar de mi futuro, de mi carrera de mi proyecto de vida; ya tuve demasiado de eso por un dìa. NO quiero hablar de como me siento, de como me sentiré, pues eso no importa tanto para ustedes. Quiero escribir acerca de lo que les importa. 

No sé qué tan grande sea mi círculo de lectores y no quiero saberlo por ahora. Pienso que independientemente de qué tan grande sea, hay algo que a todos les afecta de cualquier manera: Todos tenemos personas en nuestra vida. Esas personas están o no dependiendo de qué estemos viviendo, en qué etapa de nuestra vida estemos pasando o cómo somos. Sinceramente, las mejores personas las conocemos cuando somos nosotros mismos, cuando nos abrimos a los demás, cunado no nos metimos ni mentimos a la mujer hermosa o al tipo con pinta que está en frente de nosotros saludando. ¿Por qué? Pienso que el concepto de mejor o peor  persona para nosotros lo manejamos dependiendo de cómo sintamos a la otra persona y puedo asegurar que al menos yo siento "mejor" a una persona cuando soy yo mismo con ella o él.

Pocas personas pueden decir que me conocen de verdad, si las cuento, creo que serían 4. Siempre oculto algo, o me transformo dependiendo de como me siento con una persona. No me refiero a mostrar a una imagen falsa de mí, pero si sólo una parte. Así creo protejo lo que soy y no quiero que sea totalmente áun, o al menos, con esa persona.

También algo que he pensado es que estas personas a veces llegan por que sí, a veces porque las queremos en nuestra vida. Esas que llegan por que sí y se quedan son muy variadas, pero son espontáneas.  Me gustan;    las que hacemos que se queden, son más difíciles. Cuando queremos una persona en nuestra vida por que la amamos, por que la queremos, porque es divertida porque es la única que me entiende, y las cosas se dan, la unión llega  a  ser más especial. Sólo tengo 16 años pero he conocido mujeres con las que me encantaría casarme, he conocido hombres con los que me vería riendo por cualquier motivo dentro de 70 años disfrutando de un buen café al atardecer.

A veces fuerzo las cosas, con cuidado, para estar cerca de una persona. Si lo hago, es porque pienso que puedo hacer feliz y puedo ser feliz. No quiero morirme pensando qué hubiera pasado si hubiera dicho hola, si la hubiera invitado a tomar algo, a comer helado o lo que sea.

Sea como sea que hayan llegado las personas a mi vida, trato de mantener a las que me importan el mayor tiempo posible. Me fascinaría mirar atrás y sonreír pensando :" ellos son mis amigos"

Perdonarán este texto no sea muy coherente, estaba escribiendo mientras pensaba en muchas cosas. De hecho, lo estoy haciendo en este momento. Es por eso que dejo el escrito aquí. Si lo quieren corregir, siéntanse libre de comentar lo que piensen al respecto, me encantaría aprender cómo sienten ustedes. Si están de acuerdo con algo, no duden en dudar de aquello. Siempre hay que replantearse en qué crees. (Into the Wilds)

Para mis lectores que tal vez no sean muchos o sólo uno ( sí tú Sergio ), que tengan una noche llena de felicidad. Evaluen quien esta a su lado y quién no. A quién quieren a su lado. Quién quiere estar a tu lado.

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario