Domingo, 23 de Junio de 2013
Snowden llegó a Moscú preocupado. Estuve a escasos 4 metros de él, pero pude ver una expresión en su rostro. Su boca medio abierta dejaba entrar el rastro de una lágrima que pudo haber caído minutos antes. Sus ojos estaban perdidos, como los de un niño que no encuentra su mamá. Parecía que estaba pensando, sólo él sabe en qué. Sus pensamientos fueron interrumpidos por treinta personas con cámaras, micrófonos y demás haciéndole preguntas. Contestó algunas y siguió caminando, esperando ver a alguien conocido.
Mientras esto ocurría yo estaba sentado en un banco de plástico bebiendo un café proveniente de un Juan Valdez que encontré en una esquina escondida del aeropuerto. Escribía un artículo para la revista, algo sobre la esperanza económica brasilera. Al ver a Snowden me paralicé. En cuestión de segundos releí los 3 o cuatro párrafos que había escrito. Eran basura. Otra historia era la importante.
Inicié un nuevo documento e intenté captar lo que él sentía. Me pregunté: ¿ Qué se siente no ser bienvenido en ninguna parte? Esos pensamientos me distrajeron hasta que los de él salieron de su cabeza mediante sus gestos. Zapateaba, movía las piernas nerviosamente. Se paró al baño e intenté seguirlo. Alguien me detuvo. Era una joven rusa que estaba limpiando el piso. Me habló en Inglés. "Él ya tiene suficientes preocupaciones para que usted entré y lo moleste". Seguido de esto, abrió la puerta y dejó la llave de la puerta en el lavamanos al tiempo que le ponía candado a la puerta. Me retiré lentamente a mi silla, pero alguien ya se había sentado. Decidí sentarme al lado del baño, esperando que la mujer no me regañara por hacer eso. Seguí escribiendo.
Al cabo de unas dos horas un teléfono sonó dentro del baño y él salió. Nos cruzamos miradas. Él se detuvo. "No me juzgues basado en lo que tu gobierno te predicó como bueno", me dijo mientras me miraba inquisitivamente. "No hago parte de los que denuncias", le dije. "Nunca lo he sido, ni lo seré". Él se quedó parado, quieto, como estudiando si podía confiar en mí.
Lunes, 24 de Junio de 2013
Aún me pregunto si ese gesto fue correcto. Acto seguido de haberle dicho que no era estadounidense, con mi mano derecha golpeé el piso, invitándolo a sentarse a mi lado. Él lo hizo. No supe qué hacer. Abrí el computador y busqué "Three little birds" de Bob Marley en YouTube. Ambos sonreímos.
Escuchamos a Bob Marley, un poco de los Beatles. Me pidió que buscara Nirvana, que le gustaba mucho. escuchamos "Smells like teen Spirit" y seguido él colocó "Red Red Wine". Me contó que le encantaba esa canción. El teléfono sonó de nuevo, alguien estaba esperándolo abajo desde la primera llamada. Se paró, me dió la mano y me dijo adiós. Ya iba bajando la escalera cuando lo alcancé y le dije: " cualquier lugar en donde una persona te haga sonreír puedes llamarle hogar". En ese momento la escalera eléctrica llegó al primer piso. Él se fue sonriente. Yo también. Puede que él sea un ciudadano de ninguna parte. Pueda que reveló la verdad que compromete el poder de Estados Unidos. Puede que cada periódico del mundo esté hablando de él. Él sigue siendo una persona. Una persona que yo considero valiente, pero que aún el recuerdo de la vida común y corriente de cada uno de nosotros le puede sacar una lágrima y por qué no, una sonrisa.
viernes, 12 de julio de 2013
sábado, 20 de abril de 2013
Diario de un recojedor llamado Mario Mendoza
"nos dimos todo eso y mucho más" - LL
26 de Mayo de 1987:
Hasta hace poco, de hecho una hora, no te veía tan enamorada. Fuiste al salón y te arreglaste dizque para el matrimonio de tu hermana al cual no fui invitado. No importa. La detesto. Ella me detesta. Tus padres me detestan. Yo sigo queriéndote.
¿Cómo iba? sí, sí... que no te veía tan enamorada. No te había visto sonreír así. Te veo hace 10 años, pero no logro recordar haberte visto tan feliz. Entraste a eso de las siete de la mañana, estresada por cosas de mujeres. Tenías cólicos, se te notaba. Te conozco. Pediste que te dieran un masaje, que era urgente "estar con paz interior". Mientras eso yo te observaba, sonriente, pues tú habías sin saberlo, cumplido tu promesa.
Te desnudaste en el baño mientras con tus curvas seducías a la estatuilla de Apolo que ahora sirve como el aparatico donde pones el jabón. Alcancé a notar que lo hiciste suavemente, con cuidado, como si alguien a quien amas te estuviese viendo.
Saliste con la bata que dejaba tus piernas descubiertas hasta un poco más de la rodilla; hermosas, trigueñas y sensuales piernas. Entraste al área contigua. Manicure y Pedicure fueron tus requerimientos. Ya estoy aprendiendo a hacerlos con la esperanza de alguna vez hacértelos a ti. Saliste y te metiste al baño de nuevo, pero, dejaste la puerta entre abierta. Un minuto más tarde, un tipo alto, rubio y fornido entró y echó seguro. Reían. Salieron ambos, cada uno fingiendo que no habían reído. Creo era estaban hablando. Tal vez de mí.
Tú entraste al vestier y te pusiste tu vestido. Un hermoso vestido rojo fuerte, pasional ceñido a tu cintura como un rayo de sol a la primera persona tomando café una mañana. Sin medias, no las necesitabas; un suave escote que dejaba ver el indicio del camino de un recuerdo próximo. Tu espalda parcialmente descubierta y tu lunar, ubicado en la región arriba-central me sedujeron. "Qué bonita está" pensé para mí mismo.
Te pusieron los zapatos y saliste con el mismo tipo que entró a reírse contigo en el baño. Se subieron al carro.
Te veo salir de la mano de ese tipo. No lo resisto. Me cuelo en el carro, en el baúl, para que no se den cuenta. Voy a la fiesta que resulto ser el matrimonio y entró a la iglesia. Te veo a ti al lado de tu hermana sonriendo mientras ella se casa hasta el divorcio con un tal Feliciano, hijo de Mariano descendiente de Ospina Pérez, presidente poco efectivo de nuestra república. Allí es como si fueras tú la que se casa. Lo miras a él sonriendo. A la salida, lo besas. Allí decido retirarme.
15 de Abril de 1987
Entras por la puerta y te veo. Me sonríes. Tras ti entran tus padres, el tipo y sus padres según lo que logré abstraer. No lo soportó más. Decido decirte que te amo. Te lo digo. Él me golpea. Tu padre me golpea. Tu hermana me escupe. Salgo corriendo. Llego a casa. Mi madre me da de comer. Como. Leo las revistas. Escribo. Escribo esto. Escribo esto para no olvidar por quién escribo esto, mientras pienso en que mañana debo llegar temprano a la peluquería. Por ti. ¡Por ti maldita!
26 de Mayo de 1987:
Hasta hace poco, de hecho una hora, no te veía tan enamorada. Fuiste al salón y te arreglaste dizque para el matrimonio de tu hermana al cual no fui invitado. No importa. La detesto. Ella me detesta. Tus padres me detestan. Yo sigo queriéndote.
¿Cómo iba? sí, sí... que no te veía tan enamorada. No te había visto sonreír así. Te veo hace 10 años, pero no logro recordar haberte visto tan feliz. Entraste a eso de las siete de la mañana, estresada por cosas de mujeres. Tenías cólicos, se te notaba. Te conozco. Pediste que te dieran un masaje, que era urgente "estar con paz interior". Mientras eso yo te observaba, sonriente, pues tú habías sin saberlo, cumplido tu promesa.
Te desnudaste en el baño mientras con tus curvas seducías a la estatuilla de Apolo que ahora sirve como el aparatico donde pones el jabón. Alcancé a notar que lo hiciste suavemente, con cuidado, como si alguien a quien amas te estuviese viendo.
Saliste con la bata que dejaba tus piernas descubiertas hasta un poco más de la rodilla; hermosas, trigueñas y sensuales piernas. Entraste al área contigua. Manicure y Pedicure fueron tus requerimientos. Ya estoy aprendiendo a hacerlos con la esperanza de alguna vez hacértelos a ti. Saliste y te metiste al baño de nuevo, pero, dejaste la puerta entre abierta. Un minuto más tarde, un tipo alto, rubio y fornido entró y echó seguro. Reían. Salieron ambos, cada uno fingiendo que no habían reído. Creo era estaban hablando. Tal vez de mí.
Tú entraste al vestier y te pusiste tu vestido. Un hermoso vestido rojo fuerte, pasional ceñido a tu cintura como un rayo de sol a la primera persona tomando café una mañana. Sin medias, no las necesitabas; un suave escote que dejaba ver el indicio del camino de un recuerdo próximo. Tu espalda parcialmente descubierta y tu lunar, ubicado en la región arriba-central me sedujeron. "Qué bonita está" pensé para mí mismo.
Te pusieron los zapatos y saliste con el mismo tipo que entró a reírse contigo en el baño. Se subieron al carro.
Te veo salir de la mano de ese tipo. No lo resisto. Me cuelo en el carro, en el baúl, para que no se den cuenta. Voy a la fiesta que resulto ser el matrimonio y entró a la iglesia. Te veo a ti al lado de tu hermana sonriendo mientras ella se casa hasta el divorcio con un tal Feliciano, hijo de Mariano descendiente de Ospina Pérez, presidente poco efectivo de nuestra república. Allí es como si fueras tú la que se casa. Lo miras a él sonriendo. A la salida, lo besas. Allí decido retirarme.
15 de Abril de 1987
Entras por la puerta y te veo. Me sonríes. Tras ti entran tus padres, el tipo y sus padres según lo que logré abstraer. No lo soportó más. Decido decirte que te amo. Te lo digo. Él me golpea. Tu padre me golpea. Tu hermana me escupe. Salgo corriendo. Llego a casa. Mi madre me da de comer. Como. Leo las revistas. Escribo. Escribo esto. Escribo esto para no olvidar por quién escribo esto, mientras pienso en que mañana debo llegar temprano a la peluquería. Por ti. ¡Por ti maldita!
lunes, 11 de marzo de 2013
EL Martillo
1. Eran las dos de la madrugada, él, cansado de tanto esperar decide ponerse a pensar. Muchas cosas vienen a su mente: recuerdos bombardean y las emociones no cesan. Un recuerdo más nítido que otros llama su atención.
3. - "¡Hace un calor tremendo!"
- ¿ quieres ir a beber algo?
- " No, vamos a nadar más bien"
4. Del calor a un sol radiante. De ese sol a otro. La tarde se aparece de repente y el algodón de azúcar flota como una partícula sin lugar en el cual posarse. Ella, vestida con una blusa blanca que deja ver parte de su espalda, unos jeans azules, profundos. Casi que cualquiera se perdería en ellos. Su cabello está suelto, claro, y el sol nuevo lo deja resplandecer aún más de lo debido. El algodón desaparece, pronto el escenario cambia.
5. Sientes sus dedos rozar los tuyos, sientes la energía pasando de un átomo a otro; pronto pones tu mano en su cintura, la rodeas con el otro brazo. Ella levanta los suyos, tu cuello ahora está aprisionado. Dos narices se palpan mutuamente, dos aromas se aparean en una mezcla de sentimiento azúcar y un rojo atardecer. Tus labios tocan los suyos, suavemente. No quieres romper la magia. La ciñes más contra ti, sientes como su corazón late tanto o más rápido que el tuyo. Abre suavemente la boca. La besas.
6. Ya con los ojos cerrados, sientes una de esas manos sujetando la tuya. Vas a caer; no caes. Abres los ojos. Ella está ahí, sonriendo. Simplemente te quedas callado. Sientes que estás sonriendo, que ese momento duraría para siempre.
Abres los ojos. Pareces muerto. La Odisea está a punto de caer. Tú con una lágrima cayendo por tu mejilla. Quieres hablar con ella.
2. Cierras los ojos poco a poco, el recuerdo de ese recuerdo te arrulla mejor que una nodriza. Duermes. Una lágrima cae de nuevo.

3. - "¡Hace un calor tremendo!"
- ¿ quieres ir a beber algo?
- " No, vamos a nadar más bien"
4. Del calor a un sol radiante. De ese sol a otro. La tarde se aparece de repente y el algodón de azúcar flota como una partícula sin lugar en el cual posarse. Ella, vestida con una blusa blanca que deja ver parte de su espalda, unos jeans azules, profundos. Casi que cualquiera se perdería en ellos. Su cabello está suelto, claro, y el sol nuevo lo deja resplandecer aún más de lo debido. El algodón desaparece, pronto el escenario cambia.
5. Sientes sus dedos rozar los tuyos, sientes la energía pasando de un átomo a otro; pronto pones tu mano en su cintura, la rodeas con el otro brazo. Ella levanta los suyos, tu cuello ahora está aprisionado. Dos narices se palpan mutuamente, dos aromas se aparean en una mezcla de sentimiento azúcar y un rojo atardecer. Tus labios tocan los suyos, suavemente. No quieres romper la magia. La ciñes más contra ti, sientes como su corazón late tanto o más rápido que el tuyo. Abre suavemente la boca. La besas.
6. Ya con los ojos cerrados, sientes una de esas manos sujetando la tuya. Vas a caer; no caes. Abres los ojos. Ella está ahí, sonriendo. Simplemente te quedas callado. Sientes que estás sonriendo, que ese momento duraría para siempre.
Abres los ojos. Pareces muerto. La Odisea está a punto de caer. Tú con una lágrima cayendo por tu mejilla. Quieres hablar con ella.
2. Cierras los ojos poco a poco, el recuerdo de ese recuerdo te arrulla mejor que una nodriza. Duermes. Una lágrima cae de nuevo.
lunes, 18 de febrero de 2013
Fuck off.
No planeaba escribir hasta el viernes pero la situación actual lo merita. Desde hace tiempo me he encontrado en contraposición con mí mismo, no sé que hacer respecto a algunas cosas y cada día me acuesto con más pensamientos que conclusiones.
Lo primero que pienso es que quiero irme de mi casa lo más pronto posible. No es que no me sienta cómodo en ella, pero, estoy mucho más cómodo cuando estoy solo o cuando simplemente no tengo a mis papás al lado. Quiero "abrirme" de ese ambiente tan potencialmente estresante en el que me encuentro. Por eso me planteé en un principio la posibilidad de estudiar en el extranjero, no sólo por las oportunidades que me podría brindar sino por el alivio que sentiría comenzar de cero en una tierra totalmente distinta.
Por otra parte, siento que quiero vivir la experiencia universitaria aquí en Colombia. La razón principal: simplemente siento que esto es lo que me hará más feliz. Pero el problema aparece cuando llego a la casa. La única manera sería conseguir una residencia, tal vez con unos compañeros que estén tanto o más desesperados por no tener que llegar a recibir cantaleta. Obvio, esto implicaría pagar renta o arriendo, pero eso lo puedo arreglar.
Añadiendo dilemas a mi lista encuentro el hecho de que aunque me gustan las matemáticas y sus derivados, no me veo como un Ingeniero. Soy humanista por excelencia. No pienso pasar cuatro o cinco años de mi vida haciendo problemas que ya miles han hecho para al final seguir viendo números los siguientes años de mi vida. Las humanidades me retan, me hacen feliz. El hecho de que están continuamente cambiando no hace un día igual a otro, nunca. Aquí entra en juego la parte monetaria, pues como ya es conocido, a los humanistas se les dificulta un poco la vida pero pienso que debido a que yo si amo lo que haría como lo haría, esto no sería un problema.
Después de haber analizado todo lo anterior me choco con otra situación: me encanta la tecnología. Debido a esto considero estudiar Ingeniería de Sistemas en Los Andes, pero pienso que aquí en Colombia a esta carrera en particular no se le ve el verdadero potencial que tiene. Esta sería mi opción para mantenerme económicamente con gusto pues me agrada mucho la carrera mientras disfruto del estudio de alguna humanidad.
Tal vez después de haber terminado si vaya al extranjero. Solo sé que debo haber empezado mi propia manera de mantenerme antes de terminar la universidad y si es necesario, antes de comenzarla. Aún tengo un par de Ases bajo la manga.
¿Por qué estoy escribiendo esto? Mañana hay previa de Física y me harté de estudiar. Ya quiero poder hablar con esa hermosa muchacha quien es objeto de metáforas en más de uno de mis poemas.
Veo su perfil en Facebook.
Me enamoro un poco más.
Siguen con la cantaleta.
domingo, 17 de febrero de 2013
Run.
Somebody told me something.
And that something is that you are cryin'
why darlin'?
why're you crying?
A few weeks ago somebody told me you were in love
were you?
were you or was it an ilussion of a passionate heart?
Your mother is worried,
you never came home early, she says you keep traveling in other worlds...
are those better worlds?
are they worth?
Your father instead, is forgetting you,
he says you should go, that the trip is waiting
that the road is hopin' for someone,
and that that someone is you.
Your brother misses you, he wants to play again.
I told him you were not a child anymore,
that you have to experience other stuff; he accepted it.
Now me, I recognize everything you've done,
everything you've lost and I just want and have to say:
sábado, 16 de febrero de 2013
No más.
Era una fría tarde de domingo. El nieto después de acabar lo propuesto para aquel día entra por esa puerta que lo recibía de pequeño con una maleta más grande que él mismo.
Rondaba los 17 años, estatura media, ojos semiclaros. Hoy quiso visitarlo, no lo veía hace dos meses. " Hola muchacho, ¿cómo te ha ido?" - ha de saberse que el nieto estaba enamorado- " nada fuera de lo normal abuelito". El viejo trajo dos pocillos, ambos llenos de un líquido obscuro y dulce. Un "qué has pensado acerca de tu vida" desemboca en una conversación de casi dos horas hasta que el abuelo calla después de una pregunta.
" Cuando tenía 17 años iba llevando un mercadito a donde mi patrón cuando de un colegio salió una muchacha hermosa. "Tenía un cuerpo divino y un rostro casi angelical". " Abuelo eso es muy bonito pero se distancia de lo qu" " ¡calla, que estoy viviendo! Tenía un rostro angelical pero lo que me cautivó fueron sus ojos. Esos ojos que cuando los miras sientes que lo que te falta para ser verdaderamente feliz está tras esos velos de color miel. Empecé a pasar casi todos los días por allí, pero paraba el carro una cuadra antes para que no se diese cuenta que no era una casualidad. Un día, pasé pero no la vi. Lleve el camión hasta la esquina y ahí me puse a pensar por qué no habría ido al colegio. De repente alguien toco el vidrio. " Ella te espera mañana", me dijo una niña que siempre estaba por ahí. El día después le pedí prestado el carro a mi tío Aureliano que se había llenado de plata por unas fincas en Valledupar. La esperé al frente de la puerta sin antes haberme perfumado con una colonia que me prestó doña Mercedes y haberme puesto el traje fino del compa José. Ella salió más radiante que nunca y se subió al carro. " Me llevarás a mi casa, ¿vale? Me llamo Inés""
" Ella es mi ab"" sí, ¡calla te digo! Ella me dirigió por las calles de ese pueblo hasta una casa. " Déjame acá, mi mamá no puede verte" En ese momento me dio un beso en la mejilla que lo sentí más en el corazón. " Siento no pueda quedarme más, mi papá es muy quisquilloso" Habiendo dicho esto cerro la puerta, camino una cuadra más y entró en una casa color amarillo"
La aguapanela se había acabado. Una lágrima caía por esas mejillas ya algo arrugadas de tanto echar pa' lante. El nieto miraba a su abuelo de una manera como nunca lo había hecho. Veía a un pelao de 17 años vestido llorando amargamente por haberse enamorado. El reloj dio las seis.
"¿La extrañas?"
" Todos los días pienso en ella mijo"
" La amaste"
" Sí"
" No quiero que cometas los mismos errores que yo; yo la embarré muchas veces cuando estaba con ella, no le demostré que la amaba, ella lo hizo hasta el día en que me hizo esos huevos pericos antes de ir al hospital. Jueputa vida. Tú sientes cuando es, porque cuando no, no sientes nada. Cuando lo sientas, no vaya a dejar a esa pelada ir mijo; no se arrepienta de nada cuando le esté hablando a su nieto una fría tarde de Domingo"
El nieto abrazó al viejo y salió. Cogió un bus que lo dejó en la avenida del tren. Caminó derecho a la izquierda y luego a la derecha. Pasó como sí nada hasta llegar a aquel apartamento con balcón. Ella abrió la puerta.
El nieto miro a su abuelo; seguía llorando.
" No dejaré que se me escape" Besó a su abuelo y salió corriendo.
Rondaba los 17 años, estatura media, ojos semiclaros. Hoy quiso visitarlo, no lo veía hace dos meses. " Hola muchacho, ¿cómo te ha ido?" - ha de saberse que el nieto estaba enamorado- " nada fuera de lo normal abuelito". El viejo trajo dos pocillos, ambos llenos de un líquido obscuro y dulce. Un "qué has pensado acerca de tu vida" desemboca en una conversación de casi dos horas hasta que el abuelo calla después de una pregunta.
" Cuando tenía 17 años iba llevando un mercadito a donde mi patrón cuando de un colegio salió una muchacha hermosa. "Tenía un cuerpo divino y un rostro casi angelical". " Abuelo eso es muy bonito pero se distancia de lo qu" " ¡calla, que estoy viviendo! Tenía un rostro angelical pero lo que me cautivó fueron sus ojos. Esos ojos que cuando los miras sientes que lo que te falta para ser verdaderamente feliz está tras esos velos de color miel. Empecé a pasar casi todos los días por allí, pero paraba el carro una cuadra antes para que no se diese cuenta que no era una casualidad. Un día, pasé pero no la vi. Lleve el camión hasta la esquina y ahí me puse a pensar por qué no habría ido al colegio. De repente alguien toco el vidrio. " Ella te espera mañana", me dijo una niña que siempre estaba por ahí. El día después le pedí prestado el carro a mi tío Aureliano que se había llenado de plata por unas fincas en Valledupar. La esperé al frente de la puerta sin antes haberme perfumado con una colonia que me prestó doña Mercedes y haberme puesto el traje fino del compa José. Ella salió más radiante que nunca y se subió al carro. " Me llevarás a mi casa, ¿vale? Me llamo Inés""
" Ella es mi ab"" sí, ¡calla te digo! Ella me dirigió por las calles de ese pueblo hasta una casa. " Déjame acá, mi mamá no puede verte" En ese momento me dio un beso en la mejilla que lo sentí más en el corazón. " Siento no pueda quedarme más, mi papá es muy quisquilloso" Habiendo dicho esto cerro la puerta, camino una cuadra más y entró en una casa color amarillo"
La aguapanela se había acabado. Una lágrima caía por esas mejillas ya algo arrugadas de tanto echar pa' lante. El nieto miraba a su abuelo de una manera como nunca lo había hecho. Veía a un pelao de 17 años vestido llorando amargamente por haberse enamorado. El reloj dio las seis.
"¿La extrañas?"
" Todos los días pienso en ella mijo"
" La amaste"
" Sí"
" No quiero que cometas los mismos errores que yo; yo la embarré muchas veces cuando estaba con ella, no le demostré que la amaba, ella lo hizo hasta el día en que me hizo esos huevos pericos antes de ir al hospital. Jueputa vida. Tú sientes cuando es, porque cuando no, no sientes nada. Cuando lo sientas, no vaya a dejar a esa pelada ir mijo; no se arrepienta de nada cuando le esté hablando a su nieto una fría tarde de Domingo"
El nieto abrazó al viejo y salió. Cogió un bus que lo dejó en la avenida del tren. Caminó derecho a la izquierda y luego a la derecha. Pasó como sí nada hasta llegar a aquel apartamento con balcón. Ella abrió la puerta.
El nieto miro a su abuelo; seguía llorando.
" No dejaré que se me escape" Besó a su abuelo y salió corriendo.
sábado, 2 de febrero de 2013
Esperaba más de un sábado en la noche. No les ha pasado qué esperan que un día sea de una manera, pero por diversos motivos termina siendo distinto?
Hoy esperaba levantarme temprano, cosa que hice, bailar al compás de "I will Survive" versión Diana Rivera-2012 ( http://www.youtube.com/watch?v=nR3-6K22yjI ), bañarme, desayunar algo rápido e ir a una reunión donde se definiría qué haría por los próximos sábados hasta el examen del Icfes, hacer algo con mis amigos, ir a teatro, salir de teatro, hacer algo con mis amigos, llegar a la casa a dormir. He aquí lo que paso:
Fui a la reunión, haré el preicfes en el colegio con otros 30 o más compañeros. Sali pero todos estaban ocupados. decidí acompañar a mis padres al médico, estuve 1 hora encerrado en el carro. Volví al colegio, no había nadie, llego alguien, entramos, no hice teatro, salí de teatro, Diana me trajo o más exactamente sus papás, comí, me acosté, me levanté, quería salir, nadie quería salir, me quedé como un pendejo en mi casa un sábado en la noche. Ahora son las 10:41 y escribo esto.
Hoy esperaba levantarme temprano, cosa que hice, bailar al compás de "I will Survive" versión Diana Rivera-2012 ( http://www.youtube.com/watch?v=nR3-6K22yjI ), bañarme, desayunar algo rápido e ir a una reunión donde se definiría qué haría por los próximos sábados hasta el examen del Icfes, hacer algo con mis amigos, ir a teatro, salir de teatro, hacer algo con mis amigos, llegar a la casa a dormir. He aquí lo que paso:
Fui a la reunión, haré el preicfes en el colegio con otros 30 o más compañeros. Sali pero todos estaban ocupados. decidí acompañar a mis padres al médico, estuve 1 hora encerrado en el carro. Volví al colegio, no había nadie, llego alguien, entramos, no hice teatro, salí de teatro, Diana me trajo o más exactamente sus papás, comí, me acosté, me levanté, quería salir, nadie quería salir, me quedé como un pendejo en mi casa un sábado en la noche. Ahora son las 10:41 y escribo esto.
No tener nada que hacer me dio mucho en qué pensar. Después de darle vueltas a diversos asuntos me decidí por escribir sobre alguien, con el fin de simplemente hacerlo y disfrutar hacerlo. Aquí voy, o mejor, vamos.
Darle vueltas a esto me parece algo sin sentido. Hablaré de Diana Rivera. Ella es una chica hipster en muchos y diversos sentidos. Le gusta la música, la buena música, no la que todo el mundo escucha porque todo el mundo escucha. Trata de tener una sonrisa en su boca, se podría decir que es la definición viva de " "Carpe Diem" o al menos, esa es mi impresión.
Conocí a Diana desde pequeña pero nunca nos hablamos propiamente hasta el año pasado, cuando ella sorpresivamente quedó delante mío en el puesto. Buenos tiempos aquellos. Después de todo el tiempo estando uno detrás de otro, llegamos a pasar el nivel de "conocidos" a "prospecto de amigo", por así decirlo.
Las cosas por x o y motivo se dieron, la confianza se fue ganando. Ella fue un apoyo muy grande en momentos pasados. Espero haberlo sido también. Me dí cuenta que no me daba miedo ser yo mismo con ella, pues, ella me transmite una paz que sientes que te recorre el cuerpo de pies a cabeza cuando te mira con esos hermosos ojos color miel-café claro que tiene.
Como podía ser yo mismo, me sentía y me siento bien a su lado. Agradezco su presencia en mi vida, quiero que permanezca en ella. Me parece que es una persona que vale el trabajo o el esfuerzo tener junto a ti por simplemente como son. Así es Diana y así la percibo.
Ya sea estudiando, riendo, llorando, Diana me llena de ese sentimiento bonito que tienes cuando sabes que esa persona es ella o él mismo contigo y que quiere estar ahí para ti.
En este punto empiezo a hablar con ella por Twitter, me prometo a mí mismo no cambiar nada de lo escrito, sé que ha salido desde adentro. Sólo espero que esto le guste, después de todo, es todito para ella.
Reviso la ortografía, recuerdo que el plazo de 15 minutos casi se vence, que le deseo mejor en este inicio de proyecto de vida. Imagino verla sonreír dentro unos 15 o 20 años.
Se te quiere "Shakira".
viernes, 1 de febrero de 2013
Into the Wilds
Es viernes en la tarde, esta gris, un poco triste; algo que un amigo no arregle. Ya ha pasado una semana de estudio, simple a decir verdad, pero agotadora. Espero cojer el ritmo con el tiempo.
Son las seis y dos minutos y lo que escribí arriba se cumplió muy bien. Esta entrada la pensaba escribir con el fin de entretenerme, distraerme de la falta de una buena charla. Espero se pueda salir, Sara.
Bueno, debido a lo de arriba he perdido motivación, al menos la que tenía para lo que tenía planeado, por esot debo encontrar algo nuevo de qué hablar. NO quiero hablar de mi futuro, de mi carrera de mi proyecto de vida; ya tuve demasiado de eso por un dìa. NO quiero hablar de como me siento, de como me sentiré, pues eso no importa tanto para ustedes. Quiero escribir acerca de lo que les importa.
No sé qué tan grande sea mi círculo de lectores y no quiero saberlo por ahora. Pienso que independientemente de qué tan grande sea, hay algo que a todos les afecta de cualquier manera: Todos tenemos personas en nuestra vida. Esas personas están o no dependiendo de qué estemos viviendo, en qué etapa de nuestra vida estemos pasando o cómo somos. Sinceramente, las mejores personas las conocemos cuando somos nosotros mismos, cuando nos abrimos a los demás, cunado no nos metimos ni mentimos a la mujer hermosa o al tipo con pinta que está en frente de nosotros saludando. ¿Por qué? Pienso que el concepto de mejor o peor persona para nosotros lo manejamos dependiendo de cómo sintamos a la otra persona y puedo asegurar que al menos yo siento "mejor" a una persona cuando soy yo mismo con ella o él.
Pocas personas pueden decir que me conocen de verdad, si las cuento, creo que serían 4. Siempre oculto algo, o me transformo dependiendo de como me siento con una persona. No me refiero a mostrar a una imagen falsa de mí, pero si sólo una parte. Así creo protejo lo que soy y no quiero que sea totalmente áun, o al menos, con esa persona.
También algo que he pensado es que estas personas a veces llegan por que sí, a veces porque las queremos en nuestra vida. Esas que llegan por que sí y se quedan son muy variadas, pero son espontáneas. Me gustan; las que hacemos que se queden, son más difíciles. Cuando queremos una persona en nuestra vida por que la amamos, por que la queremos, porque es divertida porque es la única que me entiende, y las cosas se dan, la unión llega a ser más especial. Sólo tengo 16 años pero he conocido mujeres con las que me encantaría casarme, he conocido hombres con los que me vería riendo por cualquier motivo dentro de 70 años disfrutando de un buen café al atardecer.
A veces fuerzo las cosas, con cuidado, para estar cerca de una persona. Si lo hago, es porque pienso que puedo hacer feliz y puedo ser feliz. No quiero morirme pensando qué hubiera pasado si hubiera dicho hola, si la hubiera invitado a tomar algo, a comer helado o lo que sea.
Sea como sea que hayan llegado las personas a mi vida, trato de mantener a las que me importan el mayor tiempo posible. Me fascinaría mirar atrás y sonreír pensando :" ellos son mis amigos"
Perdonarán este texto no sea muy coherente, estaba escribiendo mientras pensaba en muchas cosas. De hecho, lo estoy haciendo en este momento. Es por eso que dejo el escrito aquí. Si lo quieren corregir, siéntanse libre de comentar lo que piensen al respecto, me encantaría aprender cómo sienten ustedes. Si están de acuerdo con algo, no duden en dudar de aquello. Siempre hay que replantearse en qué crees. (Into the Wilds)
Para mis lectores que tal vez no sean muchos o sólo uno ( sí tú Sergio ), que tengan una noche llena de felicidad. Evaluen quien esta a su lado y quién no. A quién quieren a su lado. Quién quiere estar a tu lado.
Pocas personas pueden decir que me conocen de verdad, si las cuento, creo que serían 4. Siempre oculto algo, o me transformo dependiendo de como me siento con una persona. No me refiero a mostrar a una imagen falsa de mí, pero si sólo una parte. Así creo protejo lo que soy y no quiero que sea totalmente áun, o al menos, con esa persona.
También algo que he pensado es que estas personas a veces llegan por que sí, a veces porque las queremos en nuestra vida. Esas que llegan por que sí y se quedan son muy variadas, pero son espontáneas. Me gustan; las que hacemos que se queden, son más difíciles. Cuando queremos una persona en nuestra vida por que la amamos, por que la queremos, porque es divertida porque es la única que me entiende, y las cosas se dan, la unión llega a ser más especial. Sólo tengo 16 años pero he conocido mujeres con las que me encantaría casarme, he conocido hombres con los que me vería riendo por cualquier motivo dentro de 70 años disfrutando de un buen café al atardecer.
A veces fuerzo las cosas, con cuidado, para estar cerca de una persona. Si lo hago, es porque pienso que puedo hacer feliz y puedo ser feliz. No quiero morirme pensando qué hubiera pasado si hubiera dicho hola, si la hubiera invitado a tomar algo, a comer helado o lo que sea.
Sea como sea que hayan llegado las personas a mi vida, trato de mantener a las que me importan el mayor tiempo posible. Me fascinaría mirar atrás y sonreír pensando :" ellos son mis amigos"
Perdonarán este texto no sea muy coherente, estaba escribiendo mientras pensaba en muchas cosas. De hecho, lo estoy haciendo en este momento. Es por eso que dejo el escrito aquí. Si lo quieren corregir, siéntanse libre de comentar lo que piensen al respecto, me encantaría aprender cómo sienten ustedes. Si están de acuerdo con algo, no duden en dudar de aquello. Siempre hay que replantearse en qué crees. (Into the Wilds)
Para mis lectores que tal vez no sean muchos o sólo uno ( sí tú Sergio ), que tengan una noche llena de felicidad. Evaluen quien esta a su lado y quién no. A quién quieren a su lado. Quién quiere estar a tu lado.
miércoles, 23 de enero de 2013
por su cuenta.
Las vacaciones te ponen a pensar en lo que hiciste y lo que harás. Para mí esto significa olvidarme de algo y entregarme a otra cosa. No sé por qué no puedo dejar de hacerlo. En mi cabeza, veo los años pasar, veo a mi hermano, mis papás cada día con más canas, a mí mismo, a mis amigos; todo ha cambiado desde que entré por esas puertas rojas un día de febrero de 2002. Era un día frío, me levanté temprano y vi el amanecer. Al entrar me aseguré de estar presente, era mi primer día de colegio, una experiencia atemorizarte pero gratificante a la vez. Entré por ese pequeño pasillo y luego al primer salón que se encontraba a la izquierda. Me senté en un pupitre triangular de color rojo o verde ,no lo recuerdo. ME dieron un cuento para leer, la cenicienta.
Ya había leído ese cuento decenas de veces, varias versiones, varios colores, varios dibujos ilustrativos. En un momento de desesperación, de esos que me dan cuando estoy haciendo algo y empiezo a pensar en las cosas que me afligen, que me alegran y me pierdo en mí mismo hasta por horas, me dí cuenta que estaba perdiendo el tiempo. Bajé el libro y miré a mi alrededor. Niños y niñas iguales pero distintos a mí. Unos cerraron el libro, otros lloraban. Cuando volteé a mi izquierda, más o menos diagonal o por así decirlo nor-oeste de mi posición estaba una niña hermosa. Con las piernas cruzadas, el pelo recogido y la cara casi sumergida en un libro de color verde estaba ella, quien robaría mis pensamientos durante los próximos 5 años. La describiría, pero quiero que eso se quede intacto y no se pierda en este intento de escrito. Parecía tímida, igual que yo. Me dio miedo mirarla más, no sé si por la posibilidad de que voltease y me mirase, o porque no quería enturbiar esa belleza. El día pasó, el año y los 5 años también; de hecho, ya han pasado 12 años.
Cada vez que la miro ahora recuerdo todo esto. Cuando ella me mira es como viajar en un tren que te lleva por el tiempo, y tú como viajero puedes admirar el paisaje a través de la ventanilla. Ese paisaje a veces es real, a veces no pero no importa.
Escuchó música de los noventa, estoy en esqueleto, pantaloneta, no me he bañado, el día está algo gris y no sé como terminar lo que escribo, pero bueno tal vez esto sea el mejor final, una mirada casi ta profunda como la de ella, sólo que falta ese factor que sólo cuando estás enamorado sientes en el estómago. Eso lo dejo por su cuenta.
Ya había leído ese cuento decenas de veces, varias versiones, varios colores, varios dibujos ilustrativos. En un momento de desesperación, de esos que me dan cuando estoy haciendo algo y empiezo a pensar en las cosas que me afligen, que me alegran y me pierdo en mí mismo hasta por horas, me dí cuenta que estaba perdiendo el tiempo. Bajé el libro y miré a mi alrededor. Niños y niñas iguales pero distintos a mí. Unos cerraron el libro, otros lloraban. Cuando volteé a mi izquierda, más o menos diagonal o por así decirlo nor-oeste de mi posición estaba una niña hermosa. Con las piernas cruzadas, el pelo recogido y la cara casi sumergida en un libro de color verde estaba ella, quien robaría mis pensamientos durante los próximos 5 años. La describiría, pero quiero que eso se quede intacto y no se pierda en este intento de escrito. Parecía tímida, igual que yo. Me dio miedo mirarla más, no sé si por la posibilidad de que voltease y me mirase, o porque no quería enturbiar esa belleza. El día pasó, el año y los 5 años también; de hecho, ya han pasado 12 años.
Cada vez que la miro ahora recuerdo todo esto. Cuando ella me mira es como viajar en un tren que te lleva por el tiempo, y tú como viajero puedes admirar el paisaje a través de la ventanilla. Ese paisaje a veces es real, a veces no pero no importa.
Escuchó música de los noventa, estoy en esqueleto, pantaloneta, no me he bañado, el día está algo gris y no sé como terminar lo que escribo, pero bueno tal vez esto sea el mejor final, una mirada casi ta profunda como la de ella, sólo que falta ese factor que sólo cuando estás enamorado sientes en el estómago. Eso lo dejo por su cuenta.
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